viernes, 29 de octubre de 2010

Repelente del amor...

Es triste reconocer que nunca nadie se ha enamorado de mi, yo me he enamorado dos veces, y no más; sin embargo, nunca nadie me ha dicho un "te amo", ¿qué se sentirá escucharlo?, ¿qué se sentirá que alguien te lo diga viéndote a los ojos y ambos ver "el amor"?

Una opción que viene a mi mente es que por mucho que lo intente, soy una de esas personas que no pueden generar amor en otros seres, puedo generar amistad, simpatía, cariño, pero posiblemente ese sentimiento tan profundo por el cual eres capaz de hacer y darlo todo, nunca lo generaré.

Sin tirarme al piso para que alguien me re..., digo para que alguien me levante, creo que lo primero que tengo es curiosidad. Curiosidad por saber si en verdad existe el amor recíproco, de saber si algún día aunque sea de pasadita lo reconoceré o como burro lo dejaré pasar de largo.

Hoy cada "te adoro" que escucho salir de tus labios me duele, porque sé que no estás enamorado de mi, que me quieres, eso no lo niego, sin embargo reconozco que "tu adoración" nunca llegará a ser amor, no por falta de ganas, sino porque no genero ese sentimiento en ti. Y yo que daría mi reino, sólo porque esta vez...

Pero ya basta de lamentaciones, de hoy en adelante buscaré que dejen de doler y a cambio disfrutaré tus "teadoros" hasta que la esperanza de que algún día pueda convertirse en algo más se apague sola, y nos volvamos a decir adiós.

martes, 26 de enero de 2010

La sonrisa eterna

Recuerdo el día que te conocí, tu llevabas una minifalda, y corrías en tacones por la Universidad, recuerdo que me pediste un encendedor para prender tu Marlboro Light, recuerdo tu cabello alaciado, tu maquillaje perfecto y esa sonrisa que te caracteriza, la cual puede aliviar la tristeza más profunda.

También tengo en mi memoria muchas vivencias, muchas aventuras, muchas lágrimas, sin embargo, lo más vivido y lo que me permite reconocerte es tu sonrisa, esa que demuestra que aún cuando las cosas no van bien, todo al final del día, es pasajero.

Hoy sé que he sido afortunada al caminar contigo a mi lado, he sido afortunada porque día a día gracias a ti aprendo algo nuevo. Tu sencillez, humildad, inteligencia, independencia y todas y cada una de las cualidades que posees son armoniosas y las haces lucir bellas e inigualables, me hacen sentirme afortunada por tener tu cariño, tu guía, tu hombro, tu confianza.

Hoy sólo puedo agradecerte por quererme tanto, por tu inagotable paciencia, por recordarme que el ser humano que soy ha venido a este mundo con el único propósito de ser feliz, por enseñarme que a pesar del mundo, uno puede ser feliz a diario.

En verdad te admiro, lo simple que haces que parezca el hacer sonreír a todo aquel que te rodea, ese líder que traes dentro y que sólo tiene la capacidad de ayudar, que lucha a diario por reconocerse a si misma y no obstante siempre tiene un oído, una palabra de aliento, pero sobre todo esa sonrisa.

Te quiero hermana mía, te quiero tanto que la única forma de agradecerte es estando siempre para ti. Lo único que le pido a Dios es que vuelva tu sonrisa eterna en mi mente y en mi corazón, que no la borre el señor Don Tiempo, para refugiarme en ella cuando no salga el sol.